Comenzaron con la firma de un acuerdo de colaboración con el Municipio Transformador para la gestión de sus residuos a través de la Planta de Separación en Origen.
La medida, junto con mejorar la disposición de los desechos, les permitirá ahorrar en los servicios de retiro de los mismos.
Cinco nuevas ferias hortofrutícolas de Villa Alemana comenzaron un proceso de certificación ambiental para convertirse en ferias ecológicas, luego de la firma de un compromiso de colaboración con el Municipio Transformador, que les permitirá, en conjunto, trabajar el tratamiento de sus residuos, a través del Programa de Separación en Origen.
De esta manera, las ferias “El Rocío”, “Molino Prat”, “El Bosque”, “Huanhualí” y “Peñablanca”, “se comprometieron a reutilizar, reciclar y a separar cada uno de los desechos que ellos generen en las ferias, como el cartón, el material orgánico vegetal y así lleguen a esta Planta de Separación en Origen, donde pudieron ver cada una de las etapas y contribuir a la protección del medio ambiente”, explicó la alcaldesa de Villa Alemana, Javiera Toledo.
Compromisos a los que se suma el “ir paulatinamente disminuyendo la entrega de bolsas plásticas”, agregó Alejandro Vives, director de la Dirección Ambiental Municipal.
Para concretar cada uno de estas responsabilidades -agregó el profesional- el municipio realizará distintas actividades de educación en materia medioambiental y capacitaciones con todos los locatarios de cada una de las ferias.
Mejora la disposición de residuos y se ahorra
En la Feria Huanhualí estiman que mensualmente generan cerca de una tonelada de residuos, los que, hasta antes de la firma del acuerdo de colaboración con el Municipio Transformador, debían enviar a un vertedero, previo pago del servicio de retiro.
“Con este convenio estamos haciendo un ahorro, pero tremendamente grande. Nosotros pagábamos trescientas lucas mensuales para que nos sacaran la basura y ahora con esto va a aminorar cantidad”, declaró Juan Gutiérrez, representante legal de la feria.
Similar situación a lo que experimentan en la Feria Peñablanca. Su dirigenta, María Barraza, explicó que hasta antes del acuerdo municipal “Yo estaba pagando cuatrocientos mil pesos mensuales para que el niño que me hacía el aseo se lo llevara al reciclaje, la gente intentaba llevarse la mayor cantidad de basura, (pero) era un costo alto que estábamos asumiendo y que al final no servía”. A juicio de Barraza, el sistema no aseguraba el reciclaje, porque “hay gente que va a buscar los residuos y los bota en otro lado”, mientras que, “¡qué más seguro que una institución, la misma municipalidad, que se ve, está aquí a la vista hasta dónde llegan los residuos que te retiran, se reutilizan y se sacan cosas importantes que sirvan para la comuna”, señaló.
Y en efecto, la planta del Programa de Separación en Origen, que lidera la Dirección Ambiental Municipal, trata aproximadamente 250 kilos de residuos orgánicos diariamente los que, luego de 4 meses de tratamiento, se convierte en compost, utilizado en áreas verdes, en proyectos de arborización y en el mejoramiento de los suelos de la comuna.
Trabajo en cogestión
“Esta es una iniciativa que se conversó en la Comisión de Fomento Productivo de los concejales y que luego se conversó con la administración, con medio ambiente, con fomento productivo, con gabinete y eso nos permitió concretar esta iniciativa. Hoy día vamos a tener ferias acreditadas ecológicamente”, explicó por su parte el concejal Marcelo Góngora, presidente de la Comisión de Fomento Productivo y Economía Local.
“Es súper importante este convenio, porque así se reduce la cantidad de basura que llega a los vertederos y se les hace un tratamiento adecuado para después valorizar estos residuos y transformarlos en materia orgánica, tierra fértil para las plazas y los parques”, expresó por su parte la concejala Kesia Navarro, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente.
Con la incorporación de estas cinco ferias al proceso de certificación ambiental serían 6 las ferias reconocidas como ecológicas en la comuna. Actualmente, es la feria “Los Pinos y el Molle Solitario” la única que cuenta con certificación ambiental, tras un trabajo en conjunto con la Dirección Ambiental Municipal.